El peligro de no hacer el esfuerzo

Artículo de opinión

La Inteligencia Artificial es una herramienta de la que hemos oído hablar mucho en este último año, especialmente por la “revolución” anunciada con Chat GPT, pero realmente lleva mucho tiempo entre nosotros (¿quién no ha utilizado un traductor online como Deepl o intentado aprender un idioma con DuoLingo?). Claro que ha crecido mucho la potencia de la IA y al utilizarla, nos estamos dando cuenta del peligro que puede representar. Uno de sus grandes problemas es el de siempre: como toda herramienta, hay que saber utilizarla.

La IA puede ser una herramienta o muy buena o muy mala, todo depende de cómo se utilice. Si se utiliza con criterio y usando sus capacidades de razonamiento y pensamiento crítico, puede ser muy relevante ya que suma el conocimiento del mundo para producir un resultado de calidad. Si lo extrapolamos al ámbito del aprendizaje (donde la gran mayoría la utiliza y donde mucha gente le tiene miedo), puede ser una herramienta muy útil si la persona que la está usando es consciente de que tan solo es un plus que va a ayudarle a aprender y no se acostumbra a utilizarla de manera mecánica para todo. Vamos, como pasa con todo. No tenemos que dejar que la máquina sustituya nuestra capacidad de reflexionar y mejorar.

Cuando se trata de aprender un idioma, las capacidades de comparación – con tu lengua materna, con los idiomas que ya sabes – y observación (“¿Así se conjuga este verbo?”, “¡Ah mira este refrán que interesante!”, “¿!A ver, el “por favor” en francés depende de si tuteas o hablas de usted¡?” etcétera) son esenciales. Y esas dos habilidades se pueden perfectamente trabajar y fomentar gracias a la IA. Por ejemplo, quiero escribir una carta de reclamación y se lo pido a chat GPT; este me puede proponer una primera versión de cual voy a aprender: cómo se dirige a una persona en una carta, las estructuras gramaticales para formar una frase correcta, el vocabulario que necesito para quejarme, etc. Aquí, lo más importante para aprender y mejorar será mi capacidad a observar y apropiarme el “saber” y el “saber-hacer” aportados por la máquina. Está claro que puedo apoyarme en la herramienta para ahorrar tiempo, pero lo mejor es trabajar después todo lo que me ofrece junto a mi parte humana (la cual también es inteligente, ¡no solo lo es la “Inteligencia Artificial”!). También, ahorrar tiempo no tiene que ser una finalidad en sí sino una oportunidad de usar ese tiempo ganado para cosas que importan y hacen feliz.

Si convertimos la Inteligencia Artificial en una herramienta que sustituya totalmente a tu cerebro, tendrás una herramienta que responda a algunas necesidades – redactar una carta de reclamación en otro idioma – pero  no a todas – no sabrás cómo quejarte en persona porque no habrás aprendido a hacerlo tu mismx. En mi opinión, uno de los peligros más grandes que veo con esto es dejarse llevar y no hacer el esfuerzo porque hay una solución más fácil y rápida. Justamente el aprendizaje es todo lo contrario a esto: requiere implicación y paciencia.

En mi opinión, la capacidad de aprender es nuestra mejor herramienta para mejorar a nivel individual y para vivir en armonía como sociedad, hagamos el esfuerzo de seguir fomentándola.

Alice Mansaud

ALIAÉ | “Moi-même en français”