Vivimos en un mundo donde la economía va a ser cada vez más eléctrica y, por ende, la red eléctrica se ha convertido en su columna vertebral. Además, cada vez más, la gente es consciente de la importancia de cuidar el medio ambiente y de reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero. Todo esto hace que el aumento del uso de las energías renovables se haya convertido en el presente y el futuro.
El cambio climático y la preocupación por la limitada disponibilidad de recursos fósiles han impulsado la transición hacia fuentes de energía más sostenibles. En este sentido, las energías renovables se han convertido en la solución necesaria para ello. Hoy en día todos somos conscientes de las consecuencias del cambio climático, por eso, tenemos clarísimo el impacto directo que hay tanto en las personas como en la economía y el medioambiente. Y esto es algo indiscutible.
El desarrollo de las energías renovables, sí o sí, tienen que ir de la mano de su integración masiva a través de las redes eléctricas, sino los objetivos que hay de descarbonizar no se van a cumplir. Con la incorporación de estas energías han aparecido nuevos modelos de negocio como son el autoconsumo y las comunidades energéticas que tienen como objetivo poner en el centro al consumidor. Para ello, será necesario el almacenamiento energético y las baterías que permitan la gestionabilidad entre la generación y el consumo. Todas estas tecnologías que están asociadas a estas energías, están pensadas y desarrolladas para poner al consumidor en el centro para que este pueda decir cuándo y cómo consume.
A pesar de su crecimiento impresionante, las energías renovables aún se enfrentan a desafíos importantes. Su penetración dependerá de los territorios, siendo necesario tener todos los aspectos económicos, sociales, medioambientales y explicar y dar a conocer bien cada uno de los proyectos.
El mundo de la energía se enfrenta a grandes desafíos, pero existen avances tecnológicos que nos van a permitir llegar a conseguir los retos de la transición energética, el propio sector está cambiando. Hay áreas, sectores y lugares donde la electrificación será más complicada y, por consiguiente, se necesitará otro tipo de energías. Hay muchos retos por delante. Por este motivo, debemos seguir trabajando y avanzando, porque sino este cambio climático no será posible.
Hay mucho por hacer y hay que ser conscientes de la importancia de la energía y el papel tan fundamental que tiene en este cambio.
Marta García Pellicer
Instituto Tecnológico de la Energía (ITE)