Es posible que estar meses sin poder salir de casa nos haya transformado por completo. Uno de los cambios más significativos se ha visto reflejado en la forma que tenemos de viajar: en 2021, el turismo rural creció 5 puntos respecto a los años anteriores, y esta cifra no ha hecho más que crecer.
Las nuevas necesidades de los turistas están asociadas a buscar espacios naturales al aire libre y con mayor tranquilidad. Empezamos a decir adiós a los lugares masificados y playas imposibles: ahora necesitamos respirar aire puro y disfrutar de experiencias diferentes.
Por este turismo, el rural, aposté yo hace 25 años, un sueño algo arriesgado pero del que no me arrepiento en absoluto: reconstruir la antigua granja de mis abuelos y transformarla en un pequeño complejo agro-turístico en Salem, una localidad de unos 400 habitantes dentro de la provincia de València. Sí, decidir emprender en un sitio tan pequeño es algo fuera de lo común, pero hay veces que tenemos que apostar por las ideas más disruptoras… por muy pequeñas que sean algunas localidades, existen y podemos hacer grandes cosas en ellas.
Estas poblaciones se han quedado vacías. Los más jóvenes se han visto obligados a abandonar sus pueblos por las pocas oportunidades de vida que existen y la escasez de infraestructuras. Pero estoy segura que poco a poco, este paradigma está cambiando. Cada vez somos más los que queremos demostrar que en lugares como Salem también hay vida y que hay muchas cosas todavía por descubrir. La Granja de San Miguel es un ejercicio de colaboración empresarial donde establecemos lazos con otros empresarios de alrededor para conseguir sumar servicios a nuestra propuesta de turismo rural de manera que todos salgamos ganando.
Un pueblo se hace grande no por el número de personas que residen en él, si no por los que deciden invertir y apostar fielmente en el mismo. Confiamos no sólo en la creación del turismo rural como motor económico de los municipios, si no en el fomento del consumo local, la colaboración entre vecinos y el respeto por el trabajo de los demás. Creo que es algo que me inculcaron muy bien mis abuelos y que debe estar fielmente reflejado en su granja. Así es como pienso yo, como individual, dejar un legado al lugar que me ha visto crecer y que me ha enseñado que en lo sencillo y en la calma, está la verdadera belleza.
¿Cuál es tu legado?
María Jesús Peiró
La Granja de San Miguel